Powered By Blogger

viernes, 15 de enero de 2010

Reforma petrolera salvó a Pemex: Calderón


En el 71 aniversario de la Expropiación Petrolera, Calderón, acompañado por Georgina Kessel, secretaria de Energía, y Jesús Reyes Heroles, director de Pemex, anunció:
“Como resultado de lo anterior, al 1 enero de 2009, las reservas llegaron a 43 mil 600 millones de barriles y las probadas a 14 mil 300 millones de barriles crudo equivalente.
Estamos deteniendo la caída en reservas y revirtiendo el proceso. Las reservas equivalen a diez años más de producción. Si seguimos con nuevas exploraciones garantizaremos el futuro de largo plazo”, señaló.
Por las condiciones de la economía y a pesar de ellas, vamos a reforzar los esfuerzos de exploración en Chicontepec, comentó.Romero Deschamps ve tiempos difíciles
En la conmemoración del 71 aniversario de la Expropiación Petrolera, el líder del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, pintó un panorama difícil por el que atraviesa la empresa, pues se registra, dijo, falta de mantenimiento preventivo, correctivo, herramientas e incluso, equipo para hospitales de la paraestatal.
Romero Deschamps fue el primer orador en esta ceremonia que encabezó el presidente Felipe Calderón. En su intervención, en medio de porras de trabajadores petroleros, Deschamps anunció además que vienen tiempos difíciles, pues además de los problemas financieros de la paraestatal, en unas semanas comenzará la revisión del contrato colectivo de trabajo.
El líder sindical acusó que en los problemas de Pemex muchos opinan y pocos apoyan; sin embargo, manifestó su respaldo y el del gremio a la Administración del presidente Calderón.Reyes Heroles ve evolución
El director de Pemex, Jesús Reyes Heroles, aseguró que con toda certeza “puede afirmarse que Pemex está en evolución” y reconoció el hecho de que el Gobierno haya impulsado una reforma en materia petrolera:
“Toca ahora a Pemex responder con hechos a la ciudadanía por el voto de confianza que le quitó ataduras y le brindó nuevas oportunidades para su transformación”.

REFORMA PETROLERA




El tema de la reforma petrolera está poniendo de cabeza al país. Y no es para menos, “está en juego el futuro de la mayor fuente de riqueza en México: Petróleos Mexicanos”.
De ahí que se busca un amplio consenso para su reforma, y que una sola visión no sea la que decida la transformación de la paraestatal.
La toma de la tribuna, simultáneamente en la Cámara de Senadores –por primera vez en su historia—y en la Cámara de Diputados-- representa ciertamente un acontecimiento espectacular. Pero ello no debe ser pantalla para que se pierda el trasfondo del asunto.
Y es que en mucho medios, sobre todo en la radio en la ciudad de México y algunos diarios nacionales, La Crónica, por ejemplo, se ha buscado afanosamente acotar este asunto al aspecto pintoresco.
Dejando de la lado la esencia del hecho de la protesta, al quedar en primer plano el secuestro de la tribuna de San Lázaro, cubierta con una gigantesca manta con la palabra: Clausurado.
Pero la cuestión de fondo es la exigencia por que se realice un debate nacional para que especialista, académicos, funcionarios públicos y demás actores sociales y políticos determinen la mejor manera para modernizar PEMEX.

Un debate “amplio e incluyente” es la exigencia de los partidos que conforman el Frente Amplio Progresista: PRD, PT y Convergencia en ambas cámaras, senadores y diputados.
La manera de exigirlo, a través de la toma de la tribuna y la permanencia de los legisladores en el recinto de San Lázaro, explicó el coordinador de los diputados del PRD, Javier González Garza, es por que no han encontrado otras vías; han sido objeto de engaño por parte de las bancadas del PAN y del PRI y de funcionarios federales.

La presentación del diagnóstico sobre la situación de Pemex, primera carta con que el gobierno federal salió en el tema de la reforma energética, se celebró solo con la bancada del PAN y del PRI; mientras que al FAP quedó excluido.

La respuesta ante estos “engaños” y la tomadura de pelo a los del FAP es la espectacularidad, sí, reconoce González Garza, porque es parte de la estrategia para que la gente se dé cuenta de la situación.

Todo estaba ya planeado, la toma de tribuna por un máximo de 20 días. Ya que fue clara la poca disposición para incluir a los partidos llamados rijosos al primer debate sobre la reforma de PEMEX.

“Los del FAP seremos unos rijosos, pero los del PAN son unos rateros que disfrazan con discursos las intenciones de privatizar PEMEX, para beneficiar a familias de funcionarios”, se ha escuchado decir al líder perredista en San Lázaro.

Y para aclarar acusaciones de este tipo, se encuentra en proceso una primera investigación para deslindar responsabilidades por el delito de tráfico de influencias en que está señalado el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño.

El escenario nacional a nivel social y político se vislumbra tortuoso, pues como lo han dejado ver el FAP, no sólo se cuentan las cinco fracciones parlamentarias de ambas cámaras, sino que hay mucha gente que se une a la causa por asegurar una reforma petrolera, que no implique privatización.

Bajo el manto de la espectacularidad, se halla, entonces, la exigencia de un debate nacional para acordar ---con base en opiniones diversas, sobre todo de expertos en el tema, a saber investigadores independientes y académicos de la UNAM y el IPN--, los puntos de la reforma petrolera.

Las fracciones del PAN y PRI proponen tres semanas para el debate nacional; el FAP, al menos cuatro meses, de lo contrario es difícil un debate real.
Las protestas sociales en las calles con las adelitas y brigadas juveniles ya comenzaron; y aunque es un hecho que dentro de esto hay manipulación de grupos sociales; es verdad también que existe gente atraída por la “lucha en defensa del petróleo”.

Así, la conducción del líder social que más alboroto ha causado a nivel nacional en los últimos años, Andrés Manuel López Obrador; la defensor histórica del petróleo y la realidad del país, de desocupación masiva entre la población económicamente activa, constituyen elementos que en términos prácticos representan dinamita pura, que puede prenderse y salirse de control.
Peligro latente hasta que en el Congreso de la Unión no se acuerden los lineamientos para ese gran debate nacional que se ha vuelto ahora el punto a destrabar, en el marco de la tentativa de la reforma a PEMEX.

Las reuniones entre los coordinadores parlamentarios se continúan; este viernes a las 11 de la mañana está programada otra cita entre los senadores para llegar a acuerdos; en función de los cuales podrá quedar abierto el congreso a la práctica legislativa; si no, la movilización social sobresaldrá en medio del impase en las cámaras alta y baja.

Reforma petrolera: las amenazas de la izquierda



En el caso de la reforma petrolera, AMLO amenaza con que habrá una “resistencia civil pacífica” una vez que comience el proceso legislativo. Anuncia la formación de brigadistas que, en etapas, bloquearán el Congreso, carreteras, aeropuertos e instalaciones energéticas estratégicas. Según AMLO, a la vanguardia irán “veinte grupos de 10 mil brigadistas mujeres”. El domingo, el tabasqueño tomó protesta a estas mujeres quienes, vestidas de blanco, dijeron estar listas para la protesta. La intención de López Obrador es muy clara. Busca que Calderón ordene el uso de la fuerza pública para que aparezca un policía federal reprimiendo a “una pobre señora que lo único que estaba haciendo es evitar que los extranjeros se apropien del petróleo nacional”.
¿Debe tomarse en serio esta amenaza de AMLO? Me parece que sí. Creo que el tabasqueño no está faroleando en este caso, como sí ha ocurrido en otras instancias en el pasado (recordemos, por ejemplo, que prometió que Calderón no tomaría posesión como Presidente). Quizás el ex candidato presidencial no tenga en su haber a diez mil mujeres dispuestas a bloquear instalaciones públicas. Pero no necesita tantas. Con que tenga 20% de lo que presume, le alcanza para desquiciar a la capital y poner en un brete al gobierno federal.
Por eso, desde ahora, el Ejecutivo tiene que planear con precisión milimétrica cómo va a utilizar la fuerza pública en caso necesario. Y es que la única manera de ganarle esta partida a AMLO es con un operativo eficaz de la Policía Federal (como lo hizo Zedillo para recuperar la UNAM en 2000) aunado a una estrategia mediática que evite la victimización de las brigadas femeninas. No está fácil. Pero si Calderón efectivamente manda la iniciativa de reforma petrolera tendrá que tener bien armada su estrategia para enfrentar la amenaza de AMLO.
Más allá de las movilizaciones anunciadas, han aparecido otras amenazas de la izquierda en caso de que el gobierno promueva una reforma petrolera. El 25 de marzo se publicó en La Jornada una entrevista con miembros del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) quienes prometieron no esperar hasta 2010 para hacer la revolución en Guerrero: “Aquí en La Montaña ya la estamos haciendo. Desde aquí vamos a defender el petróleo y nuestros recursos naturales”. ¿Servirá la reforma petrolera como acicate de la lucha revolucionaria de las guerrillas como el ERPI o el Ejército Popular Revolucionario (EPR)?
El tema es complicado para el gobierno. Puede ser que las guerrillas sólo estén aprovechando la coyuntura política a su favor. Que sea la típica faroleada sacando el petate del muerto. La amenaza siempre es un instrumento socorrido en la política. “Si tú haces X yo hago Y para evitarlo”, amenaza el político A al político B. Luego entonces, para B resulta toral saber qué tan fuerte es A y qué tan creíble es qué efectivamente pueda hacer Y. Esto implica una labor de inteligencia muy fina por parte de B: recabar información y procesarla con visión estratégica.
Le tocará a los órganos de inteligencia del gobierno determinar la fuerza de las guerrillas y la credibilidad de su amenaza en esta coyuntura. No hay que descartar que estén faroleando aprovechando la ola noticiosa que se levantará con la reforma petrolera. Sin embargo, tampoco puede descartarse un escenario de brigadas lopezobradoristas movilizadas, estrangulando la capital, con atentados guerrilleros, como los del año pasado en contra de Pemex, todos en protesta por una reforma que ni siquiera será de fondo.